Sistemas complejos: diversidad y variabilidad
Cómo afecta la diversidad y la variabilidad a los sistemas complejos.
Este artículo también ha quedado un poco largo, así que te dejo un índice para hacerte una idea.
Prometo que no serán todos así, pero este es un tema clave y con más profundidad de lo que puede parecer a primera vista.
Índice
Introducción
De lo simple a lo complejo
Diversidad óptima
¿Cómo genera el sistema la diversidad?
¿Cómo se reduce la diversidad?
Variabilidad saludable
En resumen
Introducción
Según algunos autores, lo que hace que un sistema sea más o menos complejo es la relación entre estas características:
Diversidad
Adaptabilidad / Aprendizaje
Así que la diversidad es una característica muy importante en este tipo de sistemas. Otro término que está muy relacionado es la variabilidad. Aunque tienen significados parecidos, no son lo mismo y es útil conocer la diferencia.
En ambos casos hablamos de variedad en el sistema, aunque distinto tipo de variedad. Dicho de una forma muy simplificada:
La diversidad se relaciona con la variedad y heterogeneidad de los componentes y relaciones en un sistema complejo.
La variabilidad se refiere a las diferencias en las propiedades y comportamientos de esos componentes del sistema.
Veamos un ejemplo simple. En una selva imaginaria tenemos los siguientes animales:
Jaguar
Mono aullador
Tucán
Puma
Boa constrictor
Ocelote
Perezoso
Hormiga bala
Rana dardo venenoso
Loro
Si miramos la diversidad veríamos que hay mamíferos, aves, reptiles, anfibios e insectos. Aunque también podríamos dividirlos en carnívoros, herbívoros, omnívoros e insectívoros. Por otro lado, tenemos, por ejemplo, la variabilidad genética. Hay diferencias genéticas entre un jaguar y otro, pero más entre un jaguar y un puma, aunque no tantas como entre un jaguar y una hormiga.
También hay variabilidad de características físicas (grandes, pequeños, más o menos patas, etc.), habilidades físicas (volar, correr, saltar, nadar, etc.), métodos de búsqueda de alimentos (caza, recolección, etc.)...
Esta variabilidad puede darse dentro de un mismo grupo o entre todos los miembros del ecosistema.
Esto debería darnos una idea aproximada de cómo reconocer la variabilidad y la diversidad en los sistemas.
NOTA: Todo lo que explico en este artículo es una simplificación, si quieres profundizar en este tema, te sugiero el audiocurso «The Hidden Factor: Why Thinking Differently Is Your Greatest Asset» o el libro «Diversity and Complexity», ambos en inglés y de Scott E. Page.
Ahora veamos cómo aparecen, o se crean, y cómo afectan a los sistemas complejos.
De lo simple a lo complejo
La diversidad en un sistema, al igual que la complejidad, puede variar, no es un valor absoluto. Voy a poner un ejemplo que creo que es bastante familiar y visual para todo el mundo, para ayudarnos a ver cómo puede aumentar tanto la diversidad como la complejidad: construir una casa.
Si vemos el proyecto de construir una casa como el conjunto de personas, materiales, tareas y dependencias, entre estas, veremos que tiene las características de un sistema. Jugaremos con el grado de diversidad y variabilidad para ver qué ocurre con la complejidad.
Veremos cómo afecta esta diversidad al sistema. ¿Más diversidad es siempre bueno o malo? ¿Qué efectos tiene que suba o que baje la diversidad? ¿Existe unos valores óptimos?
Luego nos centraremos en cómo un sistema complejo puede generar o reducir diversidad de diferentes formas. Y cómo afecta la variabilidad externa al sistema.
Me gustaría que pensaras en algún tipo de proyecto que te sea más familiar. Este es solo un ejemplo, pero funcionaría con cualquier tipo de proyecto y, con cualquier sistema complejo.
Yo me lo guiso, yo me lo como
Pongamos que tengo unos ladrillos, adobe y una idea básica de cómo construir una casa con esos materiales. Esa podría ser la versión más simple del proyecto, solo dependo de mis habilidades y el material.
Solo no puedes, con amigos sí
Como hace mucho que las casas de adobe pasaron de moda, vamos a juntar un grupo de personas, con conocimientos básicos de construcción y más materiales (ladrillos, bloques, cemento, etc.).
Ahora tenemos algo más de diversidad en materiales y más variabilidad en las habilidades de las personas que trabajan (diferentes conocimientos, experiencias, fuerza, rapidez, altura, etc.), así como de lo que podemos construir (más posibles combinaciones de materiales).
Esto hace el proyecto más interesante, al menos las posibilidades de tener una casa más habitable. Podremos hacer más, más rápido y con características que ni siquiera habíamos pensado. El coste es la complejidad que ha adquirido el proyecto.
Ahora tenemos tareas de coordinación entre más personas y con criterios diversos, dependencias entre unas tareas y otras, dependencias de materiales y la aparición de nuevos posibles problemas.
Lo que hace más complejo el proyecto es esa nueva coordinación. Las acciones de unas personas influyen en las del resto, haciendo el proyecto más dinámico y cambiante.
Añadamos aún más diversidad
Aunque el grupo añadía cierta diversidad, la variabilidad entre las personas del grupo no era mucha. Todas las personas que lo formaban tenían unos niveles similares de conocimientos, experiencias y habilidades.
En cambio, si añadimos personas expertas en diferentes áreas (albañilería, fontanería, carpintería, cerrajería, pintura, transportistas, etc.) tendremos mucha más diversidad en nuestro equipo.
Y si miramos ahora la variabilidad en los conocimientos, experiencia o habilidades, esta será mucho mayor también. A esto deberíamos añadir el uso de más tipos de materiales, para poder construir más elementos (puertas, ventanas, tejados, baños, cocinas, sistema eléctrico, etc.) y que puedan trabajar nuestros distintos profesionales.
Esto generará mucha más complejidad. Mayor número de elementos y comportamientos diferentes en el sistema, así como un incremento de interdependencias enorme.
Incluso siendo el mismo número de personas, la coordinación entre ellas, sus tareas y objetivos, será más compleja. Tendrán conocimientos, experiencias y expectativas diferentes, que harán más difícil la comunicación y la negociación para ponerse de acuerdo en qué hacer y en qué orden. Por no hablar de qué empezarán a surgir subproyectos, así como tareas que crearán dependencias y «cuellos de botella».
Cuello de botella: Dentro de un sistema, hablamos de un «cuello de botella» para referirnos a un componente del sistema que limita la capacidad, flujo o velocidad del sistema, creando congestión, retrasos o haciéndolo más ineficiente en general.
Por ejemplo, si el transportista se tarda en traer materiales, el resto del equipo no podrá seguir trabajando. El transportista sería un «cuello de botella».
Hay que tener en cuenta que puede (suele) haber más de un cuello de botella en un sistema.
Un libro que me ayudó a entender mejor cómo surgen, afectan y se pueden manejar los cuellos de botella en un sistema es La meta, de Eliyahu M. Goldratt.
Nuestra mente, que necesita sentir que lo controla todo, en seguida pensará en una figura que coordine todo este trabajo y en diseñar un plan para hacerlo todo en un orden lógico.
Esto es algo que puede ayudar hasta cierto punto, pero depende mucho de cómo se haga. Algo que veremos más adelante cuando hablamos de cómo enfrentarnos a problemas complejos.
Lo que no debemos olvidar es que esa nueva figura es un elemento más del sistema, que añadirá más diversidad y complejidad. Aparte de que los sistemas complejos se caracterizan por ser no lineales, impredecibles y estar en constante cambio.
Te reto a nombrarme un solo proyecto que se haya acabado en el tiempo planeado, de la forma planeada y sin incidentes. Quizás exista alguno (aunque lo dudo), pero si es así es porque el nivel de complejidad era bajo.
Creo que todos tenemos muchos ejemplos en la cabeza de proyectos y de cómo no han ido tal y como se esperaba (para bien o para mal).
Diversidad óptima
Como hemos visto en el ejemplo del proyecto de construir la casa, el nivel de diversidad o complejidad es variable y no es bueno o malo en sí mismo. Depende del contexto y ambos tienen sus ventajas e inconvenientes, por eso es interesante saber detectar cuándo conviene aumentar o disminuir la diversidad.
Veamos los extremos para entender qué características la aumentan o disminuyen.
Poca o ninguna diversidad
Pensemos en un grupo de albañiles con mucha experiencia poniendo ladrillos y con características físicas, culturales, etc. muy similares. Si necesitamos poner ladrillos, querremos a este equipo. Se coordinarán muy bien y serán muy productivos. Por contra, si necesitamos hacer cualquier otro tipo de tarea, no serán muy productivos. Puede que ni sepan cómo hacerla.
Por otro lado, tenemos un equipo formado por especialistas en diferentes áreas. Podrán enfrentarse a un mayor número de tareas diferentes. Aunque no serán muy eficientes, porque cada cual es especialista en una cosa diferente. Tendrán la ventaja de que podrán enfrentarse a tareas nuevas, combinando los conocimientos e ideas de diferentes áreas. El problema es que mientras más personas con visiones diferentes, más difícil es ponerse de acuerdo.
En resumen:
Poca diversidad:
Más eficientes en tareas conocidas.
Tendencia a mantener el «statu quo».
Más pensamiento de grupo o endogámico.
Más frágil frente a problemas nuevos.
Demasiada diversidad:
Menos eficientes en las tareas conocidas.
Tendencia al cambio constante.
Difícil ponerse de acuerdo en nada.
Más nuevas ideas y posibilidad de innovación.
Ventajas y desventajas de la diversidad en sistemas complejos
Lo que acabamos de ver nos muestra un poco los extremos, pero también nos da una idea del rango entre un extremo y otro.
Antes de entrar a analizar las ventajas y desventajas, veamos dos mecanismos que tienen los sistemas para resolver problemas y lograr sus objetivos son: exploración y explotación.
Hablaremos más en detalle cuando hablamos de resolver problemas complejos, pero con ellos nos referimos a las estrategias para encontrar la solución (exploración) y aplicarla (explotación).
La exploración da lugar a un mayor número de posibles soluciones, mientras que la explotación se trata de aplicar y sacar partido a una solución conocida. Si la solución es única o la mejor, explotarla es lo más eficiente. Hace más productivo al sistema.
Por el contrario, si existe mucha incertidumbre, pueda que esa sea una mala solución y es mejor invertir un poco de tiempo en explorar más opciones.
Aplicando estos conceptos a la diversidad podríamos describir así ese rango:
A mayor diversidad:
Mayor exploración (innovación)
Menor fragilidad
Menor explotación (eficiencia)
Menor estabilidad
A menor diversidad:
Menor exploración (innovación)
Mayor fragilidad
Mayor explotación (eficiencia)
Mayor estabilidad
En resumen, una mayor diversidad mejorará la adaptabilidad y resiliencia del sistema. Por contra, lo hará menos eficiente y estable.
En cambio, un sistema con poca diversidad será más estable y eficiente, pero muy frágil antes posibles cambios y le costará encontrar soluciones nuevas o adaptarse a los cambios.
¿Cómo genera el sistema la diversidad?
Antes hablamos de cómo la diversidad genera complejidad, pero también ocurre a la inversa. Los sistemas complejos pueden generar diversidad de varios tipos y por diferentes mecanismos.
Ahora veremos estos mecanismos y cómo, según el caso, crearán más tipos diferentes de componentes del sistema, nuevos comportamientos o nuevos estados estables hacia los que tenderá el sistema (atractores).
Retroalimentación positiva (más lleva a más)
Como vimos en el artículo sobre la retroalimentación, la retroalimentación positiva es un proceso en el que el sistema amplifica la entrada. En este caso, si añadimos diversidad al sistema (por ejemplo, añadiendo más tipos de elementos), el sistema generará más diversidad (por ejemplo, generando más posibles comportamientos o combinaciones de elementos).
Imagina que tienes dos letras: A y B Las combinaciones que puedes hacer con ellas son limitadas: A, B, AA, AB, BA y BB
En cambio, si añades una tercera letra (C), tendrías: A, B, C, AA, AB, AC, BA, BB, BC, CA, CB, CC, AAA, AAB, AAC, ABA, ABB, ABC, ACA, ACB, ACC, BAA, BAB, BAC, BBA, BBB, BBC, BCA, BCB, BCC, CAA, CAB, CAC, CBA, CBB, CBC, CCA, CCB y CCC
Y por cada nuevo elemento que se añada, las posibles combinaciones crecerán exponencialmente.
En vez de letras podrían ser materiales en nuestra obra, ingredientes en una comida, productos o servicios en un negocio, personas en un equipo, ideas, habilidades, genes, etc.
NOTA: Hay que tener en cuenta que aunque, inicialmente, aumente esta diversidad mediante este mecanismo, el sistema puede tener mecanismos de selección, de retroalimentación negativa u otros, que regulen ese crecimiento. Ningún mecanismo que aumente la diversidad puede asegurar que esta permanezca.
Al fin y al cabo, son sistemas dinámicos y adaptativos.
Es importante tener en cuenta que no todas las combinaciones serán válidas o útiles para el sistema. En el siguiente apartado veremos uno de los mecanismos para «eliminar» del sistema aquellas combinaciones que no ayudan al sistema a cumplir su función.
Por ejemplo, imaginemos el caso de las letras (A, B, C...), si tuviéramos todas las letras del alfabeto en nuestro sistema, podrían surgir muchísimas posibles combinaciones. Pero si el sistema tiene un proceso de selección en el que solo se admiten las combinaciones que formen palabras, la diversidad bajará bastante.
Subirá con cada letra, pero no todas las combinaciones serán válidas.
Presión selectiva débil
Los sistemas complejos evolutivos suelen tener mecanismos de selección que ajustan los elementos del sistema. Se suele referir a ellos como la presión selectiva a la que están sujetos dichos componentes.
Esta presión selectiva podría dividirse en dos tipos:
Fuerte: solo el más apto sobrevive
Débil: los menos aptos mueren
En el primer caso (fuerte) tendríamos, por ejemplo, el proceso de selección para un puesto de trabajo. Solo una persona accederá al puesto y esta tendrá unas características muy específicas.
Por el contrario, en el segundo caso (débil), podríamos tener las notas de final de curso. Pasarán todos los que no suspendan. Las características de esas personas pueden ser muy variadas, lo único que sabemos que tienen en común es que han aprobado.
Analizando este último ejemplo podríamos ver cómo puede generarse más variabilidad y diversidad si la presión selectiva es débil.
Por ejemplo, si a la hora de seleccionar nuestro equipo de albañiles no buscamos al mejor poniendo ladrillos, sino que buscamos a cualquiera que sea capaz de poner ladrillos bien, nos encontraremos con albañiles con otras cualidades e, incluso, otros profesionales que, además, saben poner ladrillos. El resultado sería un equipo más diverso y con mayor variabilidad en habilidades.
Múltiples soluciones y problemas
Tanto tener que enfrentarnos a múltiples problemas, como tener que resolver problemas con múltiples soluciones pueden generar diversidad. Diversidad en soluciones y comportamientos del sistema.
Si el sistema solo tiene una función, o solo tiene que resolver un problema, o siempre interactúa de la misma forma con los mismos sistemas, no habrá casi diversidad de soluciones, mecanismos y estrategias. No hacen falta.
En cambio, cuanto más interacciones con otros sistemas haya y más variadas sean, o más problemas diferentes necesite resolver, mayor número de soluciones diferentes tendrá. Lo que, a su vez, le permitirá enfrentarse a un mayor número de problemas o circunstancias diversas.
Otro caso es en el que un mismo problema tiene múltiples posibles soluciones. En ese caso, el sistema usará una estrategia diferente en función de las circunstancias, creando un abanico de posibilidades, en oposición a usar siempre la misma.
Además, el hecho de tener ahora ese «abanico» de posibilidades, hace que el sistema pueda buscar nuevos problemas o retos.
¿Cómo disminuye la diversidad?
Retroalimentación positiva (menos lleva a menos)
Este es posiblemente el caso más fácil de ver. Mientras menos tipos de componentes tengamos, menos combinaciones habrá. En el ejemplo de las letras de antes, sería como pasar de tener A, B y C, a tener solo A y B.
Los ejemplos más típicos es la extinción de una especie en un ecosistema. Esta no afecta únicamente al número de individuos de esa especia, sino a todas sus interdependencias y comportamientos (qué comían, quienes le comían, hábitos migratorios, uso de recursos naturales, etc.)
Veremos a continuación que este mecanismo no suele actuar solo, suele ser la combinación de varios mecanismos lo que produce esta disminución de la diversidad.
Retroalimentación negativa (más de un tipo lleva a menos diversidad)
El aumento de un tipo de elementos en el sistema (una especia, un tipo de negocio, ideas de una misma corriente de pensamiento, especialistas en algo, etc.) llevará al aumento de los elementos de ese tipo, lo que creará una disminución del resto de tipos, en comparación. Esto puede llegar al punto en el que el número de elementos de un tipo es tan grande, que el resto desaparece o tiene una representación insignificante.
Esto se puede parecer al caso que vimos antes con la «retroalimentación positiva» y el aumento de la diversidad. La diferencia es que aquí, en vez de añadir más tipos, añadimos más elementos del mismo tipo. Así que:
Más de un tipo de componente, lleva a menos diversidad
O puede llevar. No siempre tiene que llevar a eso. Los sistemas complejos son dinámicos y están continuamente cambiando y adaptándose. Dos casos comunes donde se daría este fenómeno serían cuando:
El número de recursos es limitado y se aumenta elementos de un tipo que usa esos recursos.
El sistema en sí se ve reducido (en recursos, tamaño, energía, etc.). Al reducirse, el grupo mayor tendrá más posibilidades de sobrevivir.
Si tenemos 3 cabras y 3 ovejas alimentándose en un prado con un número limitado de hierba, las posibilidades de supervivencia de ambas especia es muy similar. Pero si añadimos otras 3 cabras, las probabilidades de que después de un tiempo solo queden cabras, serán muy altas.
Presión selectiva fuerte
Antes vimos qué es la presión selectiva fuerte: solo el más apto sobrevive. Pues bien, si la presión selectiva débil ayuda a aumentar la diversidad al permitir que sobreviva cualquier individuo con una serie de características mínimas, la presión fuerte la disminuye al asegurarse de que solo los mejores en una categoría, o quienes cumplan mejor los criterios de selección, sobrevivirán.
El resultado es que habrá individuos con características muy similares, es decir, poca variabilidad y diversidad.
Enlazándolo con los mecanismos anteriores, un aumento en una especie, puede crear una escasez de unos recursos concretos, lo que genera una presión selectiva fuerte donde solamente podrán sobrevivir quienes usen otros recursos.
O, reducirá igual la población de todos las especias, sobreviviendo únicamente individuos de los grupos más numerosos.
Por ejemplo, si aumenta el número de conejos en un bosque y acaban con gran parte de las plantas que usan otros animales para sobrevivir, de esos animales, únicamente los que puedan comer otras plantas, tendrán más posibilidades de sobrevivir.
O, reducirá el número total de animales en el bosque, pudiendo llegar a extinguirse aquella especia de la que haya menos especímenes.
Veamos otro ejemplo:
Imaginemos un grupo de empresas que se dedica a fabricar pantalones vaqueros. Las hay que hacen «de campana», otros «de pitillo», otros «entallados», etc. Hay algunas que hacen de varios tipos, mientras otras están especializadas en un único estilo.
Esto representaría un ecosistema de pantalones vaqueros diverso y equilibrado.
Ahora pensemos que aparece una moda muy fuerte de pantalones de campana. Prácticamente, nadie compra un pantalón que no sea de campana. Eso hará que muchos fabricantes reduzcan su producción de otro tipo de pantalones y aumenten en el estilo de moda. Puede, incluso, que haya fabricantes que no sepan o no puedan producirlos y terminen cerrando por no ser capaces de vender.
Esto hará que se reduzca muchísimo la diversidad en dicho ecosistema. Aquí se han producido dos fenómenos: extinción y homogeneización.
Extinción de las empresas que no sean capaz de adaptarse y homogeneización del resto, donde todas tienden a comportarse de la misma forma.
La homogeneización suele darse cuando todos los elementos del sistema tienen los mismos incentivos individuales, o una misma presión selectiva fuerte: ser el mejor en algo. Si todos los fabricantes buscan vender lo más que puedan y lo que más compra la gente es pantalones de campana, todos acabarán fabricando pantalones de campana.
El efecto contrario (aumento de la diversidad en oferta o soluciones) se da en sistemas donde los incentivos son globales: la industria de fabricación de pantalones debe encontrar el nuevo pantalón de moda.
Cada fabricante intentará algo diferente, aumentando la diversidad de soluciones y la posibilidad de innovar, encontrando nuevas soluciones.
Podemos ver estos fenómenos en opiniones en redes sociales o cualquier tipo de grupo, mercados, política, servicios de noticias, etc.
Menor variabilidad en problemas y soluciones
Seguramente habrás oído la expresión «úsalo o piérdelo» («use it or lose it»). Se suele utilizar para indicar que si no usas un músculo, este se atrofia. O el cerebro, o una habilidad, etc.
Los seres vivos (incluidas cada una de sus células) suelen seguir esta norma para economizar en recursos y garantizar la supervivencia.
Esta simple regla existe de una u otra forma en muchos sistemas complejos. Los sistemas tienden a estados estables (atractores) donde el sistema necesita usar menos energía. Si no hay perturbaciones o estímulos externos que desestabilicen el sistema y le obliguen a autoorganizarse o adaptarse, el sistema permanecerá en esos estados estables.
Esto quiere decir que aquellos componentes, comportamiento o mecanismos que solo se usan para adaptarse a dichas perturbaciones, irán desapareciendo. Lo que llevará a una menor diversidad de componentes, comportamientos y mecanismos.
Y, como hemos visto tanto en este artículo, como en el de los atractores, el sistema será más frágil a futuras perturbaciones.
Podrían ser perturbaciones externas, internas, cambios en las condiciones del entorno o nuevos problemas a los que debe enfrentarse. En todos estos casos, el sistema debe hacer cambios para adaptarse.
Sin estos estímulos, el sistema irá perdiendo su diversidad y sus atractores serán cada vez más profundos (estables), haciendo muy difícil su capacidad de adaptarse a los cambios.
Esto lo veía a diario cuando me dedicaba a «rehabilitar» a personas sedentarias para poder moverse mejor y sin dolor. El hecho de que nuestro entorno nos permita mantener la misma postura (por ejemplo, estar sentados) durante la mayor parte del día, cada día, hace que nuestro cuerpo sea muy estable y gaste poca energía para mantenerla. Por el contrario, va perdiendo cada día un poco más la capacidad de adoptar otras posturas que no necesita hacer nunca o casi nunca.
Más sobre esto estos artículos:
El hecho de no tener que mover la cadera, rodilla, tobillos o columna de otras formas hace que seamos muy eficientes estando sentados (o haciendo cualquier actividad en una posición similar), mientras que ponernos de cuclillas o sentarnos en el suelo es algo que le cuesta a la mayoría.
Esto lleva a que, en países occidentales, una caída en personas mayores sea un gran riesgo (el sistema es frágil). Mientras que en culturas donde es normal sentarse en el suelo, no supone un riesgo (el sistema es adaptable).
Interdependencias (acoplamiento de componentes y comportamientos)
Las interdependencias son una parte crucial de la complejidad. Generan comportamientos nuevos, aumentando la diversidad en comportamientos, pero también pueden reducirla si las dependencias son muy fuertes.
Si dos o más elementos dentro de un sistema están muy interconectados o son muy interdependiente entre ellos, terminan actuando como si fueran un único componente.
Esto ocurre en muchos sistemas y entornos, pero veamos un ejemplo que seguro que te será muy familiar.
Hay una fiesta con mucha gente diferente. En principio, existe mucha diversidad, pero a medida que avanza la fiesta, se empiezan a crear grupos según intereses (gente que se conoce de clase, vecinos, personas interesadas en el mismo deporte, personas que a las que le gusta bailar, otras a las que les gusta hablar de política, etc.).
Se pasa de un sistema que representa una gran variedad de intereses, gustos, etc. a varios grupos. A nivel del sistema, cada grupo representaría ahora a un componente, así que se habrá reducido el número de componentes, interacciones entre componentes y comportamientos a nivel macro.
Por otro lado, cada grupo estará enfocado a una característica del grupo original (política, música, deporte, etc.), así que cada grupo será menos diverso de lo que era el grupo original, el sistema.
Aquí podemos ver la característica multinivel en juego, así como observar dos fenómenos comunes en sistemas complejos:
El comportamiento o características a nivel micro (elemento o sistema de nivel inferior) son diferentes de las de nivel macro (sistema o nivel superior).
Los elementos de un sistema suelen tener a unirse a otros elementos similares.
Un ejemplo de este último punto podemos verlo en cómo la gente suele terminar en grupos de personas que tienen ideas similares en las redes sociales. O el «pensamiento de grupo» (groupthink).
Pero esto da para mucho. Si te interesa el tema te recomiendo el audiocurso de Scott E. Page que mencioné al principio del artículo.
Centralización
Otro mecanismo que puede reducir la diversidad es la centralización. Centralización de recursos, de conexiones o interacciones. Estas interacciones podrían ser decisiones, comunicación, acciones que afectan a otros elementos, etc.
Por ejemplo, un sistema en el que se centralizan las comunicaciones o las tomas de decisiones, se limitan o reducen la cantidad de interacciones directas entre sus componentes, lo que lleva a una menor diversidad de relaciones. Pero el hecho de que toda comunicación pase por un mismo punto, termina favoreciendo la homogeneización, ya que este nodo modulará estas interacciones siempre de la misma manera, haciendo que sean cada vez más similares.
Esto podemos verlo en sistema de gobierno centralizado, empresas con una fuerte estructura jerárquica o sistemas de comunicación o transporte centralizados.
Uno de los puntos débiles de todas esas estructuras (que no debería sorprendernos con todo lo que hemos ido viendo hasta ahora) es que son muy resistentes al cambio (cuesta mucho hacer cualquier cambio), les cuesta adaptarse a nuevos entornos o cambios externos, y son muy frágiles.
Solo hay que pensar en una red de comunicación centralizada que pierde uno de los nodos centrales. La red completa se ve afectada. Mientras que una en la que cada nodo pueda hablar con los demás, prácticamente no se vería afectada.
O un proyecto en el que todas las decisiones pasan por una persona. En este caso, esta persona no está (está enferma, de vacaciones, se va de la empresa...) el proyecto corre el riesgo de fallar.
Esto en el mundo del software es conocido como el «Bus factor», o el número de personas de un equipo que deben desaparecer («hit by a bus») para que el proyecto no pueda continuar debido a la falta de conocimiento.
Variabilidad saludable
Como hemos visto anteriormente, un sistema con poca variabilidad es un sistema muy estable, pero al que le cuesta adaptarse y que será frágil ante perturbaciones. Y esto es algo que diferencia a los sistemas complejos de los que no lo son.
Por ejemplo, un reloj mecánico es un sistema muy complicado. Tiene muchas piezas que interaccionan entre sí y no es fácil saber cómo montarlo o arreglarlo, si se rompe. Pero no se autoorganiza, ni adapta, ni aprende, así que no es complejo.
En un sistema como ese tener más variabilidad en cómo se mueven las piezas (piezas sueltas o que se pueden mover de muchas formas), lo hace más frágil. En los sistemas mecánicos, menos variabilidad lleva a más robustez.
En cambio, en un ser humano, el que una articulación se pueda mover más, es bueno, la hace más capaz de diferentes movimientos y soportar un mayor número de demandas externas. Por el contrario, una articulación rígida, aunque más estable, también reduce la variabilidad en las posibles acciones y movimientos que puede hacer. Es decir, reduce las posibilidades de la persona para adaptarse a las demandas del entorno.
En general, en los sistemas complejos, mayor variabilidad (hasta un punto) indica que el sistema es más «sano» o que sus mecanismos internos de adaptación funcionan mejor.
Un ejemplo es la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV o VFC), la variación de los intervalos de tiempo entre latido y latido, es un factor protector del corazón. Aquí lo explica bastante bien Marcos Vázquez: ¿Por qué quieres u corazón irregular o el indicador más importante de tu salud
Esta variación nos da información de cómo de bien funcionan los mecanismos que regulan la frecuencia de los latidos del corazón. Si no son capaces de cambiar de forma adecuada y fluida, tenemos un problema.
Lo mismo ocurre con nuestro termostato interno. Si siempre nos exponemos a un mismo rango de temperatura (unos 22 °C), nos costará mucho activar los mecanismos que regulan nuestra temperatura corporal si un día nos encontramos a rangos más extremos (cerca de 0 °C o de los 45 °C, por ejemplo).
Exponernos a más estímulos diferentes, mantendrá nuestros mecanismos de retroalimentación y regulación interna sanos, con lo que podemos adaptarnos mejor y más rápido a cualquier cambio del entorno.
Y lo mismo le ocurre a cualquier tipo de sistema complejo. Un ejemplo del uso proactivo de este principio es el «Chaos engineering» y uno de sus primeros ejemplos y probablemente el más conocido el Chaos Monkey de Netflix, un software que producía fallos aleatorios para forzar a los equipos a prepararse ante cualquier eventualidad. En la misma línea y un poco antes, Amazon tenía el «Game Day», un día en el que producía (a propósito) fallos en los sistemas (desconectar servidores, routers, discos, electricidad, etc.) para ver cómo el sistema era capaz de recuperarse y crear una mentalidad proactiva en la que sabías que había que prepararse para cualquier cosa.
El principio básico es que:
Van a ocurrir cosas que desestabilicen el sistema, es imposible prever todas las posibles perturbaciones o todos los fallos que pueden ocurrir, pero sí se puede hacer un sistema que sea adaptable y que se recupere lo antes posible ante cualquier cambio.
En resumen
La diversidad es una de las propiedades que generan complejidad en un sistema. Otra propiedad parecida, pero que es útil entender y no confundir con la diversidad, es la variabilidad.
La diversidad está relacionada con la heterogeneidad del sistema, con la cantidad de tipos diferentes de elementos y relaciones. Por otro lado, la variabilidad tiene que ver con lo diferentes que sean las características y comportamientos que tenga el sistema.
Podríamos pensar que más diversidad siempre es mejor, pero cada sistema tiene un rango óptimo de diversidad. Más de ese rango lo hace menos eficiente e inestable, mientras que menos de ese rango lo hace más rígido y más frágil ante cambios.
Los sistemas tienen diferentes mecanismos mediante los cuales, los sistemas generan o disminuyen la diversidad. Conocer dichos mecanismos puede ser útil para detectar problemas, o mejorar el funcionamiento de un sistema.
Por último, es importante resaltar que la variabilidad del sistema es un buen indicador de su capacidad de adaptación y del funcionamiento de sus mecanismos de regulación.
Una baja variabilidad suele indicar que el sistema es frágil y poco adaptable.
Una de las formas en las que se mantiene una buena variabilidad es la exposición a una alta variedad de perturbaciones, entornos o problemas.
A pesar de haber sido un artículo largo, me he dejado muchas cosas en el tintero. Si te interesa el tema, te recomiendo investigar en las fuentes que te he mencionado y buscar más.
En cualquier caso, creo que hemos visto lo suficiente para ver cómo la diversidad y la complejidad se relacionan, así como tener unas nociones sobre cómo manejar uno de los pocos parámetros de un sistema complejo en los que podemos influir, pero que tiene un impacto enorme en dichos sistemas.
Los sistemas complejos son, por naturaleza, impredecibles y cualquier acción sobre ellos tiene efectos secundarios inesperados, por eso conocer los mecanismos de retroalimentación, los atractores y el manejo de la diversidad puede ayudarnos a tener una idea sobre cómo enfrentarnos a sistemas o problemas complejos.
De hecho, ya hemos tocado algunos de los conceptos clave a la hora de enfrentarnos a problemas: la exploración y la explotación. Más adelante veremos cómo usarlos dependiendo del tipo de problema al que nos enfrentemos.